Los mercados de comercialización de hacienda vacuna han tenido en las últimas jornadas una recomposición de precios. Si bien la misma no resulta suficiente, es necesario que la población argentina conozca el contexto.
En su último informe, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INDEC – diciembre 2022 Vol.7, n°1) muestra claramente que dentro del rubro Alimentos, la carne vacuna argentina ha tenido un proceso de deterioro y atraso con respecto al índice general de precios En otras palabras, mientras la inflación cerró cercano al 95%, la carne y derivados al mostrador tuvo una actualización de precios en el orden del 60% en comparación con otros alimentos como verduras 142%. frutas 116%, pan 105%, aceites 103%, agua mineral y gaseosas 101,5%.
Cuando analizamos los principales cortes que consumimos los argentinos, vemos que varios de ellos están muy por detrás del promedio informado por INDEC; para citar algunos, asado de tira (42.3%), cuadrada (45.1%), falda (47.3%), paleta (43,8%), nalga (41.4%) y bola de lomo (44%).
Del otro lado de la cadena, es importante destacar que para el mismo período el precio al productor ajusto tan solo en 29%, lejos de impactar en la mesa de los argentinos y en la brutal inflación general que nos pesa. Todo lo contrario, provoca una penosa descapitalización general del sector de ganados y carnes.
La actual recomposición de precios en el sector primario intentará ser utilizado mediáticamente generando una falsa atribución de posibles subas al mostrador. Cuando lo cierto es que permitirá al productor comenzar a recuperar las pérdidas que ha sufrido durante todo el 2022, económicas y productivas, aunque las mismas aun no sean suficientes para poder equiparar a la inflación general de precios.
Desde la Cámara Argentina de Productores de Carne Vacuna sólo expresamos que sin rentabilidad no hay producción, sin producción no hay oferta y sin oferta los precios naturalmente tenderán a subir.