Las categorías de hacienda vacuna que mayormente se destinan para el mercado interno tuvieron en los últimos 12 meses mejoras de precios de hasta 15 puntos sobre la inflación.

Así se desprende de un informe elaborado por María Julia Aiassa, analista del Rosgan, que agrega que en lo que respecta a los precios que paga el público estos en los últimos 12 meses mostraron subas de hasta 13 puntos sobre la inflación.

«En lo que va del año los precios reales de la hacienda siguen creciendo por arriba de la inflación. Acaba de conocerse el dato del mes de julio (1,9%) que lleva a un incremento general de precios del 42,4% en el acumulado de los últimos 12 meses. En ese mismo período, si comparamos los valores promedio de la hacienda a julio de este año contra julio del 2019, el novillo en Liniers pasó de $61 a $92 por kilo vivo, el promedio de los novillitos de $65 a $102, las vaquillonas de $62 a $97 mientras que la vaca ajustó de 44 a 63 pesos por kilo vivo», señaló la analista.

Según precisó, «las categorías que mayormente abastecen al consumo interno como novillitos y vaquillonas, tuvieron mejoras de hasta 15 puntos por sobre la inflación».

Por el lado de los precios al público, la analista cita que de acuerdo al Ipcva «el promedio de todos los cortes de carne vacuna monitoreados, de los cuales más del 80% corresponde a carne de novillitos y vaquillonas, muestra un incremento acumulado del 55,8% en los últimos 12 meses, es decir, más de 13 puntos por sobre la inflación».

Aiassa también detalló que el Índice General del Mercado de Liniers (IGML) subió un 51,8% anual vs. el 55,8% de la carne y se interrogó sobre cuánto más se sostendrá esa firmeza.

«La tasa de inflación indudablemente es baja, existe aún una gran cantidad de programas de precios cuidados, congelamiento de tarifas y ayudas sociales que se suman al ‘reperfilamiento’ de pagos que cada familia está haciendo conforme a su necesidad. Esto sin dudas genera un fuerte sostenimiento del consumo que, una vez agotado, puede llevarnos a una realidad muy distinta», expresó.

Para la analista, la ganadería «enfrentará en los próximos meses dos fuerzas contrapuestas». Por un lado, dijo, «a una demanda interna que, más allá del mayor o menor apalancamiento que pueda seguir recibiendo a través de programas de reactivación, tiene una escasa fuerza propia».

Por otra, parte, consideró «una oferta que estacionalmente tiende a incrementarse producto del ingreso de un importante volumen de hacienda terminada que sale de los engordes».

«Este año se está viendo una mayor tendencia a prolongar las recrías a campo, lo que podría ayudar a posponer parte de ese ingreso, aplanando la curva de oferta», apuntó.

De todos modos, expresó que «el factor climático no está favoreciendo esta estrategia, con un invierno muy seco que obliga a replantear los plazos de invernada. En efecto, la recomposición que pueda o no traer la primavera terminará definiendo estos planteos».

Fuente: La Nación