El próximo Gobierno podría contar con US$35.000 millones de divisas por exportaciones del sector.
Con la esperanza de deslumbrar un nuevo amanecer, se está realizando una inversión récord en la siembra de la campaña de granos 2023/24, con un escenario sorpresivo y con la certidumbre de que no mejorará por el balotaje, ya que habrá que esperar que el nuevo gobierno implemente medidas que corrijan los dislates económicos y financieros que se han generado.
El anhelo que nuestro país comience a caminar por el sendero del crecimiento sustentable, no se pierde: durante la peor crisis de la historia de la argentina el productor agrícola invertirá para sembrar, proteger y cosechar sus cultivos más de 25.000 millones de dólares. Si el clima lo permite, se pretende acariciar los 40 millones de hectáreas, que aportarán cuantiosas divisas durante el 2024. Pero cabe reconocer, sin restar méritos, que una de las razones por la cual se manifiesta una inversión récord en dólares es que el valor del dólar oficial está distorsionado y muy alejado de la realidad económica y financiera que atravesamos, por la manipulación gubernamental.
El año entrante los argentinos afrontaremos el desafío más importante de la historia: salir de la peor crisis económica, financiera, social, política y ambiental que transitamos y, en este sentido, la agroindustria ya ha aceptado este reto, con la esperanza de cosechar más de 135 millones de toneladas y con la aspiración de exportar más de 95 millones de toneladas de granos y subproductos.
La siembra de todos los granos superaría los 40 millones de hectáreas
El efecto multiplicador y el dinamismo económico que generará el agro en todos los pueblos y ciudades del interior será relevante. Solo el transporte de los granos demandará más de 6,5 millones de viajes, a los que se sumarán los viajes secundarios entre industrias y de todos sus derivados.
Mientras tanto en estas semanas asistiremos a medidas cortoplacistas y electoralistas que profundizan aún más la crisis actual, con el Programa Incremento Exportador ampliado a todos los productos y servicios con el afán de arrimar algún dólar a las secas arcas del Banco Central, que por cierto tiende a los 10.000 millones negativos de reservas.
Por otra parte, se inyectarán mayores recursos de los argentinos a comprar votos, a través de refuerzos en los planes, devolución del 21% del valor de las compras alimenticias y bonos sociales de cualquier índole, con la consecuencia de una emisión desbocada y descontrolada que impulsa a la inflación a niveles inadmisibles.
Además, la intervención del gobierno en el precio de los combustibles ha generado distorsión en los precios y faltante en todo el territorio nacional, llegando a brechas del 100%, en momentos en que se desarrolla a pleno la siembra de gruesa y a pesar del anuncio de importación de una decena de barcos difícilmente se resuelva en los tiempos óptimos para sembrar y proteger los cultivos.
Medidas
Los grandes perdedores de las medidas que promocionan las exportaciones sobre los granos, siguen siendo los productores de leche, los sistemas intensivos de producción de carne como los feedlots y el engorde a corral, los productores de aves y huevos, entre otros.
También asistiremos hasta el balotaje a una fuerte intervención en los valores de los dólares CCL y MEP para brindar la sensación que la economía está en tensa calma y no tan descontrolada, con un dólar oficial y tarjeta subvencionado. Afortunadamente la buena noticia es que gracias al coraje de los productores la campaña de granos podría aportar más de 35.000 millones en divisas durante el próximo año.
A pesar de todas estas distorsiones, el hombre y la mujer del campo apuestan a una argentina mejor, esperando que el Niño comience a comportarse de mejor manera, brindando la humedad en el perfil suficiente para avanzar con las siembras restantes y esperando que no se produzcan inundaciones por exceso de lluvias convectivas en el verano.
Si el clima acompaña tendremos una cosecha exitosa, especialmente en soja ya que distintas regiones trigueras y maiceras han tenido que reprogramar sus actividades por la falta de lluvias y daños por heladas.
Los tiempos biológicos y las variables agronómicas no corresponden con los tiempos políticos, tampoco los escenarios productivos corresponden con los escenarios políticos. La agroindustria, siendo la sumatoria de todas sus cadenas, siempre apostaron al crecimiento sustentable, brindando empleo, desarrollo, arraigo, divisas y dinamismo económico, en una relación muy amigable con el ambiente.
Esperemos que, de la misma manera, los aspirantes a gobernar nuestro país de una vez por todas impulsen una política de Estado que otorgue crecimiento sostenible y sustentable para el bien de la población toda. El agro ya dio la patada inicial, la minería y la energía realizarán sus aportes, pero se requiere de madurez y coraje político para avanzar hacia una argentina mejor.
El autor es consultor en agronegocios y energías renovables
Ernesto Ambrosetti La Nación campo