El total procesado en abril tuvo un incremento interanual del 9%, con una baja del 2% en la media diaria. La participación de hembras subió más de dos puntos en relación a marzo. Si bien el ciclo no se corrió de la fase de retención, algunos elementos indican que se podría estar yendo en ese camino.
La faena argentina alcanzó casi 1,2 millones de vacunos en abril, 8% más que en marzo y 9% más que en el mismo mes de 2019. Sin embargo, medida según el promedio diario, marcó una baja del 2% con respecto a ambos parámetros.
El porcentaje de hembras fue de 48,6%, dos puntos y medio arriba de marzo y casi 4 puntos menos que hace un año, que fue cuando marcó un récord reciente.
El movimiento de la faena no viene siendo lineal, lo que es habitual. No obstante, en líneas generales, el patrón de los últimos meses es que la faena de machos viene creciendo y la de hembras recorre el camino inverso.
En lo que va del año, los machos faenados muestran un crecimiento interanual del 9% mientras que las hembras decrecieron en 1%.
Tomando la trayectoria de a tres meses móviles, se aprecia que la faena de vacas pasó, en los últimos 6-7 meses, de un nivel de +13% interanual al actual -1% mientras que la de machos trazó el sentido opuesto, desde un nivel de +3% llegó al actual +11 (en mayo había llegado a ser de -13%).
Consecuentemente, la faena total se mueve en cierto entorno de estabilidad, habiendo registrado en el mismo período desde +9 al +5 presente.
Estos movimientos se pueden ver en el siguiente gráfico.
El ciclo ganadero
Estas trayectorias, aunque oscilatorias, nos hacen pensar que el ciclo no se ha corrido de su fase de retención, aunque hay elementos que permitirían sostener que se rumbea hacia una salida. Por ejemplo, el porcentaje de hembras, que se mantiene relativamente alto en el último año, o la tendencia general de crecimiento de la faena.
Sin embargo, la tendencia disímil de hembras y machos realmente no ayuda a razonar que se vaya a salir de la retención. El aumento de la faena de machos no es indicador de liquidación. Y la fuerte baja que mostró la comparación interanual en la faena de vacas tampoco viene en favor de un cambio de fase.
Como siempre, hay que seguir evaluando los datos próximos pero el conjunto de esta estadística y el marco en el que opera la ganadería no permiten ser demasiado pesimistas.
Fuente: Valor Carne