Ante las versiones que se difundieron últimamente de que los productores y el sector agropecuario en general, estaban almacenando parte de la cosecha en silobolsas para especular con un tipo de cambio más favorable, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) se vio en la necesidad de salir a responder.
Y lo hizo de manera contundente. La entidad que dirige Jorge Chemes, destacó en una editorial que «decir que los productores son especuladores o devaluadores, más allá de su heterogeneidad y sus matices variopintos, es una mentira esférica, es decir, una mentira por donde se la mire«.
Resaltó que es no conocer las características, cualidades, idiosincrasia y desarrollo productivo del sector más competitivo de la economía nacional, y se preguntó cómo podría ser que especule un productor que realiza una inversión productiva con cada cosecha, que pone en juego su propio capital, y que no tiene créditos a tasas de interés razonables.
«Se supone que está especulando cuando se dice que le quedan 32 o 33 millones de toneladas de soja para comercializar, que aún no cosechó. Cuando casi 11 millones de esas toneladas se irán sólo en concepto de Derechos de Exportación, unos 20 millones se destinarán a pagar impuestos en los tres estamentos del Estado, sumado a gastos de comercialización, y costos directos para afrontar la próxima campaña».
Además agregó que como resultado de la «confiscatoria presión fiscal» los márgenes son negativos en muchas zonas, o levemente positivos en el mejor de los casos, a partir de lo cual la capacidad de decisión del productor «queda nula», frente a la necesidad de tener que vender una mayor cantidad de los bienes que produjo, para poder comprar la misma cantidad de insumos y gastos habituales.
La entidad enumeró elementos que se combinan para determinar la decisión de los productores de recurrir a silobolsa como método de reserva estratégica: dificultades de logística fruto del cuadro de pandemia; caminos rurales cerrados o intransitables si el clima no acompaña; puertos sin cupos por problemas de profundidad o falta de buques; precios internacionales planchados, entre otras variables. «Cuando se cuantifica la capacidad de juego potencial del productor, queda en evidencia que la misma es menor al 7% de lo que produce y que todavía le falta sacar lo que requiere para vivir».
«Cómo puede especular con el tipo de cambio alguien que entierra insumos en dólares, para cosechar a un valor de pizarra real muy por debajo del que invirtió y lo hace sin acceso a créditos, sin ayuda estatal y hasta sin mecanismos de amortiguación en caso de pérdidas económicas. Su capacidad de resiliencia depende pura y exclusivamente de él, ya que el Estado es el eterno ausente, que supone que especula. El campo no especula, simplemente trabaja, siembra, ordeña, cría, engorda, cosecha, básicamente produce», cerró.
Fuente: A24.com