En un escenario de incertidumbre, los criadores optaron por retener sus terneros y no quedarse con pesos. Por otro, con el alto precio del maíz los invernadores decidieron criar a pasto. Esto llevó a más tiempo de engorde pero más kilos en la faena.
Tras el aumento de alrededor del 40% en el último mes y medio de la hacienda en pie, el precio de la carne vacuna se convirtió en uno de los principales desvelos del Gobierno. Pareciera que un valor estable de ese alimento fuera el termómetro de la inflación. En cada entrevista que se le presenta, el ministro de Agricultura Luis Basterra deja presente que la carne no puede faltar en la mesa de los argentinos.
En este contexto, el pequeño retroceso de $10 en el valor de los últimos días en Liniers demostró que fue el poder adquisitivo de la gente el que no convalidó ese incremento. Para el titular de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra), Miguel Schiariti, si se mantiene el valor planchado en las pasarelas del mercado durante los próximos 10 días esa baja llegará a las góndolas.
«Si bien en la clase alta y media sigue las compras continúan casi normales, en sectores de clase media y media baja la venta se desplomó. Así de simple se maneja el mercado, es oferta y demanda», dijo a LA NACION.
Según Juan Eiras, presidente de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF), oferta no va a faltar. «Esperando un negocio razonable, la tendencia será meter más kilos en el corral que comprar un kilo de ternero nuevo. Sería un camino virtuoso para toda la economía del país», señaló.
«Siempre la hacienda acumula retrasos y luego se ajusta, a veces con violencia.Tras seis meses de quebranto, de mayo a noviembre pasado, tuvimos una recomposición en el precio. La carne en términos relativos no tiene un diferencial muy marcado con respecto al resto de los alimentos de la canasta familiar», explicó.
La CAF reveló que el encierre se redujo a 52% de la capacidad instalada de los establecimientos del sector, un 11% menos de encierre que el año pasado. Dos son los factores principales que llevaron a los feedloteros a tener los corrales a media máquina.
Por un lado, en un escenario de incertidumbre, los criadores optaron por retener sus terneros, continuar con la recría en sus campos y no quedarse con pesos. Por otro, con el alto precio del maíz los invernadores decidieron criar a pasto. Esto llevó a que la hacienda en lugar de terminarse en 100 días tarde al menos ocho meses en hacerlo.
Schiaritti avizora un año tranquilo, donde «la limitante será el poder adquisitivo» de la gente y estimó que precio se va planchar hasta que tenga otro salto antes de fin de año: «Es un comportamiento histórico y perverso a la vez porque cuando empieza aumentar ningún productor manda su hacienda al mercado y viceversa a la espera un mejor precio».
En esa línea, Fernando Gil, socio consultor de Agroideas, señaló que en el corto plazo los precios de la hacienda se mantendrán estabilizados, sin movimientos significativos. «En los próximos meses hay una posibilidad de que exista un bache de oferta de gordo por falta de hacienda en los corrales que a fines de marzo se traduciría en una suba del 10%», señaló.
Para Gil, este aumento del valor en la hacienda será insignificante, teniendo en cuenta una inflación alta que se espera. «Luego de marzo, el precio de la hacienda se estancará por un tiempo hasta junio que como siempre luego retomará la suba. Lo importante es que la ganadería va a mantener su poder adquisitivo», agregó.
Por su parte, Miguel Gorelik, director de Valor Carne, observó que hoy la oferta está estable y que el «extraordinario aumento» de la carne de meses pasados se calmó. «No va a variar el precio en las próximas semanas e incluso se puede llegar a debilitar porque no hay margen para volcar un aumento más al consumidor que no lo puede convalidar. Asimismo no existe presión de la exportación que traccione una suba», puntualizó.
En coincidencia, Miguel Jairala, analista económico del Ipcva, indicó que la corrección de precios que se esperaba para diciembre y marzo, ocurrió de una sola vez en diciembre: «No hay más margen para un nuevo salto. El tema de una disminución de la oferta de hacienda es algo que sucede todos los años. En esta oportunidad, juega a favor que la menor oferta ganadera coincide con una menor demanda china porque en ese país febrero es un mes flojo».
Sin embargo, Eiras, a pesar de un panorama complicado, sostuvo que en los próximos meses, con una menor oferta, va a continuar la firmeza en los valores «pero que son propios de la época del año» y que «la actividad del sector engordador no va a decaer porque todos buscarán a la invernada como resguardo de valor monetario».
En un año eleccionario, nadie quiere hacer futurología más allá del primer semestre. Con valores sostenidos de precios de los granos hacia adelante y recrías pastoriles -más tiempo de engorde pero más kilos en la faena-, según informe de Rosgan, el peso promedio de la res a gancho de los últimos seis meses fue de 229 kilos, contra un promedio de 226 kilos logrados durante el mismo periodo en 2019.
Asimismo, con este antecedente que estimula la producción ganadera, el panorama es incierto porque el as intervencionista que tiene el Gobierno bajo la manga no deja de inquietar al sector.
Fuente: La Nación